La evaluación integrada rápida, que cuantifica en qué medida los países están preparados para aplicar los Objetivos, ayuda a los gobiernos y a los responsables de la formulación de políticas a incorporar sistemáticamente los ODS a los planes nacionales y locales. La evaluación, que señala las deficiencias de armonización entre las metas de los ODS y los planes nacionales y subnacionales de desarrollo, es un primer paso para incorporar sistemáticamente la Agenda 2030 en contextos nacionales y locales específicos.